Mano amiga consiste en salir cada viernes al centro de Barcelona para repartir una cena a las personas sin hogar de la ciudad.
MANO AMIGA
Mano amiga nació el 10 de enero de 2021. La noche anterior, calló una tormenta sobre la ciudad y las temperaturas fueron muy bajas. Con un pequeño grupo de voluntarios, decidimos entonces salir a repartir una sopa caliente y mantas a nuestros amigos de la calle. A pesar de toda la ayuda que nosotros y las demás entidades proporcionamos, el día siguiente salió a la luz que dos personas sin hogar habían fallecido la misma noche debido a las bajas temperaturas. Este evento nos marcó y decidimos repetir esta acción tantas veces como podamos.
Así es como Mano amiga se convirtió en uno de nuestros principales proyectos. Desde aquel día, salimos todos los viernes a repartir una cena, sopa y necesidades básicas a las personas que duermen en las calles de la ciudad. Entonces, más de 95 voluntarios han pasado por el proyecto, formando una familia única de voluntarios implicados y unidos.
Gracias a la fundación Áurea, recibimos periodícamente alimentos y material para la preparación de la comida. Nuestro incréible equipo de cocineras se dedica cada semana a elaborar un menú digno de ser para nuestros amigos. Gracias al apoyo de toda nuestra red de contactos y seguidores, recaudamos ropa y objetos para donar, proporcionando así a estas personas las necesidades básicas que se merecen.
¿Cómo ayudar?

Puedes hacerte voluntario, que sea cocinando, repartiendo o ayudando con la logística del proyecto.
Que seas una empresa o un particular, toda ayuda es la bienvenida. Lo más buscado: ropa caliente, tiendas de campaña, productos de higiene, material para el reparto (vasos de cartón, bolsas, cubiertos…)
Puedes hacer una donación o hacerte socio/a con la cantidad que tú elijas y recibir noticias exclusivas o participar en las decisiones de la asociación.
Comparte tanto que quieras en las redes sociales o hablando del proyecto con tu entorno.
Testimonios de los voluntarios de Mano amiga
Bea
“Me genera una maravillosa energía positiva trabajar con gente tan especial y me recompensa mucho la sonrisa y el cariño que la gente de la calle nos regala. En resumen, es un trabajo gratificante que además me enseña muchas cosas.”
Álvaro
“Porque basta hacerlo una vez para darte cuenta de lo importantes que son las pequeñas acciones y como estas tienen un poder mayor del que imaginamos. A veces queremos ayudar y siempre buscamos irnos lejos cuando el mejor cambio empieza por lo local, por eso estoy encantado de ayudar en Mano amiga, ya que no sólo es bueno para los demás, sino que incluso para mí.”
Caro
“Desde el primer viernes que vine tuve muy claro que al siguiente volvería. Antes de empezar en Mano amiga, las personas a las que distribuimos comida eran invisibles para mí. Es duro admitirlo pero tengo la sensación de que nos hemos acostumbrado tanto a su presencia que ni siquiera los vemos. Mano amiga no solo me ha permitido ayudar a los demás sino que también me ha ayudado a mi, a olvidar prejuicios, a ver la ayuda como algo más sencillo, a conocer a gente increíble y podría citar mil cosas más. Aquí nadie es mejor que nadie, nosotros les damos un bocadillo y ellos a cambio nos regalan algo mucho más valioso: su tiempo, amabilidad y humildad. Y cuando llega el viernes por la noche y llego a casa me doy cuenta que al final son ellos los que me han ayudado a mí.”
Alexia
“Vuelvo cada viernes porque durante la semana pienso en toda esta gente que vemos y ayudamos, tan amable y tan agradecida que me apetece volver y saber cómo han pasado la semana.”
Ben
“Vuelvo cada viernes para retomar energía para mi alma”
Lia
“Me parece fantástica esta acción.”
Ernesto
“Hacer donaciones a ONGs es una buena forma de contribuir con la comunidad. Pero gracias a IURAA he aprendido que la implicación activa es necesaria, efectiva y consigue sensibilizar mucho más que una donación a distancia.
Dedicar una tarde a repartir alimentos, ropa y pasar un momento escuchando y charlando con la gente que no tiene hogar ayuda a entender mejor su realidad.
Mathilde y Aina han hecho un trabajo fantástico, conectando a un diverso grupo de voluntarios comprometidos que deseaba implicarse, pero no sabía cómo hacerlo.”
David
“Cada viernes por la tarde sé que llega ese momento en el que me olvido de mi día a día y de mis preocupaciones, sé que me juntaré con un grupo de personas increíbles con una misma voluntad. Cada sonrisa, cada “gracias” o tiempo que nos dan esas personas que nos necesita y a las que ayudamos es algo incomparable, y que creo que a todos nosotros nos motiva a seguir creciendo y a seguir juntándonos viernes tras viernes.”
Adriá
“En un mundo occidental donde el ritmo cada vez es más vertiginoso debido a la disrupción de las nuevas tecnologías, y en donde las desigualdades sociales lamentablemente son cada vez más dilatadas, se hace prioritario que hayan personas con valores humanos, con un alto compromiso medioambiental, que estén dispuestas a escuchar y a apoyar a su entorno más próximo.
Hay una cara de la realidad social aparentemente muy bonita. Vivimos en una sociedad llena de libertades y oportunidades sin precedentes históricos. Podemos acceder a cualquier información gratuitamente a base de varios clics. Podemos conectarnos con cualquier personas de cualquier lugar del mundo en cuestión de segundos.”…
Adriá
…”La globalización nos ha permitido viajar por todo el mundo a precio de “ganga”. Sin embargo, todo asunto tiene la otra cara de la moneda. El mal uso social de la digitalización ha degradado las relaciones humanas de calidad. La búsqueda constante de la gratificación instantánea (el querer todo de manera inmediata) nos ha hecho olvidar valores humanos indispensables para una calidad de vida digna llena de felicidad; tales como la solidaridad, el respeto, la tolerancia a opiniones ajenas que no nos gustan, la fraternidad entre comunidades locales, el estar presente en el momento real, la dignidad humana, etc.
Por otro lado la pandemia, juntamente con una mala gestión de políticas sociales, económicas y humanas básicas arraigada de varias décadas, ha llevado a las clases medias y bajas a empobrecerse considerablemente.”…
Adriá
…”Familias felices que antes tenían trabajo estable con tres hijos, lentamente se han visto desprovistas de estos privilegios (que no deberían ser privilegios, ya que una calidad digna de vida tiene que ser accesible para cualquiera). Jóvenes estudiantes llenos de ilusión y vigor se han quedado sin su “sueño americano” debido a su falta de recursos y de apoyo externo.
No puedo evitar sentirme triste, impotente, furioso y frustrado ante esta situación. Porque las cosas se pueden hacer mucho mejor y debido a intereses puramente narcisistas de los mandatorios de las entidades públicas y privadas, muchas personas se han quedado sin una calidad de vida mínimamente digna.”…
Adriá
…”Si seguimos así, la situación será insostenible dentro de unas décadas, problema agravado por la creciente superpoblación que nos aguarda.
Este escenario aparentemente complejo y terriblemente crudo afortunadamente viene acompañado de una ola de concienciación social hermosa. He tenido el placer de conocer a un grupo de jóvenes que dedican sus viernes a ayudar a personas necesitadas de afecto y atención, en vez de quedarse en casa con sus “Playstations”, sus teles de alta definición y sus teléfonos de lujo.”…
Adriá
…”Vuelvo (casi) cada viernes porque me motiva este grupo tan empático y tremendamente humano, que trabaja afectuosamente para una causa muy solidaria. Vuelvo (casi) cada viernes porque con un pequeño gesto insignificante puedes alegrarle la semana a una persona e incluso a una comunidad local. Vuelvo porque me podría pasar lo mismo que a ellos. Intento ponerme en las pieles de esas personas tan normales como nosotros, intento entender el sufrimiento que han tenido que pasar por un par de malas jugadas de la vida.
Aunque el mundo sea injusto, cruel y terriblemente selectivo, tengo una fe ciega en que podemos mejorar el bienestar común con pequeños gestos cuotidianos.”